No es posible establecer si por la mente de Claudia Patricia Sicula rondaban los fantasmas de la tragedia, que se avecinaba. Su cotidianidad presentaba algunos elementos que podían estar apuntando en esa dirección.
Y justo en un fin de semana cuando la ciudad motivada por las fiestas a la Virgen de la Peña, que movió multitud de persona a El Morro para disfrutar de este espacio de esparcimiento, a la casa de Claudia llegó una visita más que inesperada, no deseada.
En un momento se convirtió en noticia de primera plana, la muerte de su hija Diana Sofía Herrera Sicula. Una adolescente de 16 años de edad, acaparó la atención de los medios locales y regionales prestos a buscar más detalles.
Anexo la información del deceso de Sofía venía ceñida la posible causa de su muerte. Una sobredosis de estupefacientes. Versión que tomó fuerza luego de las declaraciones del comandante de la Policía, el coronel Efraín García.
Los primeros detalles sobre el caso narran una escena donde unidades del Ejército, que cumplían labores de patrullaje por los lados de la vereda La Unión, fue advertida por un hombre joven, de unos 24 años, sobre la situación crítica en que se encontraba Sofía.
La patrulla militar puso en conocimiento del hecho a la Policía, que se encargó del traslado de la menor de edad al Hospital Regional de la Orinoquia.
Una vez en la institución hospitalaria se reporta que la paciente llega sin signos vitales, por lo que su cuerpo fue conducido a Medicina Legal, que debía cumplir con las labores de necropsia, que se aplica para estos casos.
Un homicidio más de los que no dejan de presentarse, en un departamento que, como Casanare, no tiene problemas tan agudos de violencia, como otras regiones.
Pero el escenario investigativo tendría un giro sorpresivo. Claudia Patricia no podía callar y debía contar su verdad, una versión narrada desde la otra orilla, la de las víctimas, la que tiene como asidero el amor de madre que emana sin control desde lo más hondo de su corazón.
Ya e este momento más que una acción de limpieza a la imagen de su hija fallecida, es la expresión genuina de sus sentimientos y la necesidad que se haga justicia, así el miedo se eleve como una montaña y quiera aplastar su tranquilidad, era necesario hablar.
Y lo hizo con voz firme sin titubeos con la tranquilidad que emana de su fuerza de voluntad, para afirmar que su hija no murió por una sobredosis, sino que fue asesinada.
Narró que tiene varios elementos para apoyar sus afirmaciones. Primero que su hija venía sosteniendo una rivalidad con otra menor de edad, que le aportó una escena dolorosa a su vida.
Se refiera a los últimos día del mes de diciembre cuando Sofía fue atacada con arma blanca. La gravedad de las heridas la condujo por un prolongado periodo de convalecencia, antes de alcanzar su recuperación.
Es por ello que basada en este y otros hechos, Claudia tiene la firme convicción que a su hija le quitaron la vida, incluso cuenta su propia lista de posibles responsables.
En el caso podría estar involucrada otra menor de edad, junto con una joven más, incluso la responsabilidad se haría extensiva a la persona que se encontraba con Sofía, a la hora de su deceso.
En la narración de Sicula, estas tres personas habrían acordado llevar a Sofía a un sector donde fue encontrada. Las últimas horas de vida de Sofía tiene como punto de partida el día anterior a su muerte, cuando una conocida la convenció de salir de su casa, con destino hacia el barrio El Progreso III.
Allí permaneció hasta la madrugada cuando fue conducida por dos hombres, hasta el lote donde la encontraron sin vida hacia el mediodía del día siguiente.
El relato de Claudia Patricia entrega otros por menores, como el hecho que llamó a su hija en varias oportunidades, pero no pudo hablar con ella, porque el teléfono era contestado por una amiga, quien le entregaba la misma respuesta: “ella se encuentra bien”.
Escenario que le aporta todos los elementos de análisis para pensar que tanto la mujer que sacó a su hija de la casa, como el joven que estaba con ella en la vía a La Unión, además de otras personas, son los posibles responsables de la muerte de Sofía.
No descarta igualmente al progenitor de la posible agresora, quien por estos días recuperó su libertad, luego de permanecer un tiempo recluido en la cárcel de La Guafilla.
Mencionó que en varias oportunidades este personaje amenazó a Diana Sofía, por la discordia que tenía con su hija. Actitud que continúa, solo que ahora las víctimas son ella (Claudia Patricia) y sus otros hijos, incluida una menor de 14 años, quien según Sicula ha sido blanco de acoso de manera obscena.
Fuente: Casanare Noticias.

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