Su última aparición fue el pasado 16 de junio en la Casa Fiscal de Bogotá donde hizo el lanzamiento de su Novela Sofanor Franco.
Víctima de una penosa enfermedad que lo aquejaba hace algunos años, por su propia solicitud pidió una reunión para su despedida de su familia y amigos más cercanos.
Preliminarmente se ha dicho que el docente y escritor murió en su sitio de residencia en la ciudad de Arauca rodeado de su familia, que dispone los actos de velación y exequias.
El licenciado Edmundo Díaz Colmenar es, murió a la edad de 65 años, nació en Arauca capital el 4 de marzo de 1957, cursando su primaria y secundaria. Sus estudios universitarios de filosofía y letras los adelantó en la Universidad de La Salle de Bogotá, graduándose en 1982 de filósofo. En este mismo año se vinculó al colegio Nacional Simón Bolívar de Arauca.
Por algo más de tres años se desempeñó como jefe de educación de adultos en la Gobernación de Arauca, impulsando con efectividad los programas del sector y editando como coautor la cartilla de alfabetización “Mi experiencia de Leer y Escribir”.
En diciembre de 1995, el licenciado Edmundo Díaz Colmenar es, culminó sus estudios de posgrado en la Universidad de Pamplona, obteniendo el título de especialista de Metodología de la Enseñanza del Español y la Literatura.
Con su trabajo de grado “El Periódico Escolar como Estrategia Metodológica en la Enseñanza de la Expresión Escrita”, participó en el concurso de Investigación educativa Edith Salas, ganando un segundo puesto que fue premiado.
Además de educador, el maestro Edmundo Díaz Colmenares, fue periodista y ensayista. En enero de 1989 publicó “Tiempos”, narración llanera, costumbrista y social y en 1991 “Pasos Atrás”, novela de corte existencialista. Con la obra “Encuentro” en 1988 ganó en Arauca el Primer puesto en el concurso de cuento Luis Ernesto Camejo.
Autor de dos novelas inéditas: “Sofanor Franco” y “Metrópolis”. Desde hacía ya varios años, el licenciado Edmundo Díaz Colmenares, estaba residenciado en el municipio de Chocontá, Cundinamarca, donde construyó la casa con forma de mujer, en homenaje a su compañera por más de 40 años, Águeda Rincón Espinel.
