En una intensa jornada en el Senado, el presidente encargado, Alirio Barrera, mostró su postura firme al hacer frente a las maniobras de algunos congresistas que intentaron desviarse de la agenda. Con una voz autoritaria y decisiva, este destacado político casanareño no permitió que le hicieran «tres tiempos» ni que jugaran a la «vuelta campana», reafirmando que el Congreso no es un «potrero» para el desorden.
La intervención de Barrera resonó con fuerza en el recinto, dejando claro que se debe legislar con orden y seriedad. Muchos asistentes, sorprendidos por su contundente discurso, sintieron el peso de su autoridad, quedando, en palabras coloquiales, «con el rabo entre las patas».
«¡Aquí se legisla con orden, no a la topa tolondra!», exclamó Barrera, marcando un claro llamado al respeto y seriedad en las discusiones legislativas. Su enérgica defensa del orden y la estructura en la Cámara recordó a todos los presentes la importancia de un funcionamiento armonioso y respetuoso en el ámbito político. Sin lugar a dudas, la voz del llano se hizo sentir, y la plenaria no olvidará fácilmente este momento de autoridad y liderazgo.